"Cáncer de sangre" es el término genérico utilizado para una variedad de enfermedades malignas del sistema formador de sangre (hematopoyético).
Nuestra sangre fluye a través de los vasos sanguíneos para suministrar nutrientes a todos los tejidos del cuerpo. En los aproximadamente 5 litros de sangre que circulan en nuestro organismo hay miles de millones de glóbulos que realizan diversas funciones vitales. Todas las células sanguíneas se originan a partir de células madre hematopoyéticas.
Las células madre hematopoyéticas, también llamadas células madre sanguíneas, se dividen y se convierten en células progenitoras, las que al madurar se convierten en nuestros glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Varios factores pueden obstruir los procesos normales de maduración, diferenciación y muerte natural de las células. Esto puede conducir a la formación de células sanguíneas inmaduras o anormales, que ingresan al torrente sanguíneo y se multiplican de manera descontrolada.
Estas células inmaduras o anormales se denominan células cancerosas. Las células cancerosas inundan el torrente sanguíneo y expulsan las células sanas. Como resultado, la sangre ya no puede realizar sus tareas básicas, como transportar oxígeno y proteger al cuerpo de infecciones.