Encuentros pacientes donantes

De Alemania a Chile: el encuentro entre Moritz y Javiera

A los 9 años, Javiera Riquelme enfrentó su tercer diagnóstico de leucemia. La quimioterapia ya no funcionaba, pero encontró su esperanza de vida en un donante de células madre sanguíneas, a más de 12 mil kilómetros: Moritz Rathberger (24), quien luego de 3 años viajó a Concepción para sorprenderla.

Por Carolina Rivera

Esta historia comienza en 2018, en una ciudad de Alemania, cuando Moritz Rathberger tenía 18 años y a su colegio llegó una delegación de DKMS en búsqueda de personas que quisieran sumarse a la Fundación como potenciales donantes de células madre sanguíneas.

No fue hasta dos años después que le notificaron que un paciente era compatible con él. “Cuando recibí la noticia de que tenía una gemela genética me sentí emocionado y feliz de poder ayudar a alguien. Aunque al principio no sabía nada de ella, enseguida me sentí muy unido a esa persona”, comenta Moritz.

La “gemela” de quien habla es Javiera, una joven de 12 años de Concepción, que a sus 3 años fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda y, aunque se trató con quimioterapia, recayó nuevamente a los 6 y 9 años. Sin embargo, esta última vez los doctores le dijeron que no podían seguir recurriendo a la misma terapia y era necesario un trasplante de células madre sanguíneas.

La búsqueda por un donante

Al no encontrar a alguien 100% compatible dentro de su familia, sus padres recurrieron a DKMS en búsqueda de un donante no emparentado, el que apareció en 2020: en Alemania había una persona compatible y dispuesta a realizar la donación.

La dificultad ahora era el traslado de esas células, considerando la ausencia de vuelos comerciales debido a la pandemia por coronavirus. Fue gracias a la alianza con LATAM, a través de su , que aquellas lograron llegar hasta Santiago, donde estaba hospitalizada Javiera.

“Durante el proceso, sólo supe que era hombre y alemán, pero siempre quise saber cómo era en persona”, cuenta la joven a tres años del trasplante y ya recuperada de su leucemia.

El encuentro

Al centro sur de Chile, en una sala de su colegio de Concepción, Javiera lo conoció: allí la esperaba Moritz, ahora de 24 años. “Hallo, ich bin Moritz”, se presentó él, a lo que Javiera sólo pudo reaccionar con un abrazo.

Para ella fue como estar haciendo un rompecabezas y poner la última pieza: “Sentí que él y yo hicimos click, no sólo por ser Hermanos de Sangre, sino porque gracias a él yo estoy aquí disfrutando mi vida”, explica.

En el encuentro también estuvieron presentes los padres de Javiera, Miriam y Mauricio, quienes le agradecieron a Moritz su gesto. “Nosotros ahora celebramos dos cumpleaños de la Javi: el cuatro de noviembre cuando nació y el veinte de mayo cuando Moritz le volvió a dar la vida”, cuenta Miriam.

Los padres resaltaron que esta historia es un motivo de esperanza para aquellos que continúan buscando un trasplante, ya que su donante puede estar en cualquier parte. “La Javi hoy es una niña sana, que está feliz y que sabe que tiene un gemelo genético al otro lado del mundo”, agrega su mamá.

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