Transcurridas entre dos y cuatro semanas, el aumento de glóbulos blancos en el paciente es un primer indicio de que las nuevas células madre están cumpliendo con su labor formando glóbulos sanguíneos sanos. Esto suele ocurrir más rápido si se han trasplantado células madre sanguíneas provenientes de la sangre periférica del donante que si se trasplantan células de la médula ósea. Si el número de glóbulos blancos aumenta constantemente, también aumenta la probabilidad del paciente de poder disfrutar de una nueva vida.