Conoce la historia de Juanpi y Tatjana, dos personas alejadas por kilómetros de distancia y unidas por un encuentro que ayudó a Juanpi a recuperarse de una leucemia, gracias a un trasplante de células madre sanguíneas.
A los 11 meses de vida, Juanpi fue diagnosticado con leucemia. Si bien tenía un buen pronóstico, la familia tenía mucho miedo. Al año y medio de tratamiento tuvo una recaída. Su única alternativa de sobrevivir era un trasplante de células madre sanguíneas.
Al no tener un donante compatible dentro de la familia, debieron buscar en registros como el de DKMS, donde aparecieron tres potenciales match. “Le pedimos a los médicos que decidieran la mejor opción y así apareció Tatjana, al otro lado del mundo”, cuenta Magdalena, mamá de Juanpi.
Desde Alemania, Tatjana donó células madres que viajaron hasta Santiago de Chile para salvarle la vida a Juanpi. En junio de 2018, dos años después, se conocieron en persona. “Fue tan inesperado que viniera desde tan lejos, no lo podíamos creer”, dice Magdalena.
“Antes de conocernos, ya nos habíamos contactado con ella por correo. Nos dimos los teléfonos, hicimos un par de videollamadas. Tenemos la barrera del idioma, pero entre lo poco de inglés que sabemos, nos comunicábamos bastante bien. Nos saludamos para la navidad, cumpleaños, cosas así”, agrega.
Y continúa: “El momento en que nos vimos en persona fue increíble, muy emocionante. No tenía la más mínima idea que iba a aparecer ahí. Poder abrazarla, mirarla a los ojos y agradecerle fue impresionante. Tuvimos una vibra impresionante, como si nos hubiésemos conocido desde siempre”.
Para Tatjana, Juanpi y Magda son su familia. “Tengo una segunda familia en Chile ¡y muy adorables! El momento en que nos conocimos fue asombroso. Magda estaba bastante sorprendida, ya que mi viaje fue una sorpresa. ¡Ella no sabía nada de eso! Para mí es muy lindo saber que Juanpi puede seguir viviendo gracias a mi donación de células madre. No tienes que hacer mucho y no duele en absoluto. ¿Por qué no ayudar a los demás?”, sincera.
Hoy Juanpi tiene nueve años recién cumplidos. Fue dado de alta de la leucemia y está completamente sano. “Es un niño que sale, juega, corre. No puedo poner en palabras la inmensidad de agradecimiento que le tenemos”.